Día 5 Novena a Santo Tomás de Aquino

ORACIÓN INICIAL:
Ven Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, Espíritu de verdad y de amor. Ven a habitar mi memoria, ven a iluminar mi inteligencia, ven a fortalecer mi voluntad. Condúceme a la verdad plena, Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura bíblica del quinto día:

“Humíllense delante del Señor, y él los exaltará” Santiago 4, 10

Cuando era un joven estudiante, santo Tomás soportó las bromas y burlas de sus compañeros sin tomar represalia. Se le había concedido una mente brillante, pero sabía y reconocía que Dios es la fuente de todos los dones. Reconoció humildemente su total dependencia de Dios y le imploró que lo iluminara para que todas sus obras se ordenaran a darle gloria.
La ilustración más magnífica de su humildad se encuentra en el hecho de que dedicó las facultades de su intelecto divino no a obtener la gloria para sí mismo, sino al alcance de la verdad. Se esforzó por borrarse por completo en la enseñanza de su filosofía, para que la luz de la verdad celestial pudiera brillar con su propio resplandor.
Para santo Tomás: “La humildad es la virtud que regula la tendencia del hombre a exaltarse por encima de su propia realidad. Consiste ante todo en reconocer a Dios como Dios y Señor; y al hombre como criatura y siervo”.

Pedir la gracia que se desea alcanzar rezando esta novena.

Padre Nuestro
Ave María
Gloria

ANTÍFONA:
¡Oh Santo Tomás, gloria y honor de la Orden de Predicadores! Transpórtanos a la contemplación de las cosas celestiales, tú que fuiste  maestro soberano de los sagrados misterios.
Ruega por nosotros, Santo Tomás.
Para que nos hagamos dignos de las promesas de Jesucristo.

ORACIÓN FINAL
Señor, que inspiraste a santo Tomás de Aquino para que usando su inteligencia iluminara las mentes de los creyentes con el fruto de su reflexión teológica, te pedimos que, a ejemplo suyo, crezcamos en el conocimiento del único Dios verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.