Día 1 Novena a Santo Tomás de Aquino

ORACIÓN INICIAL:
Ven Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, Espíritu de verdad y de amor. Ven a habitar mi memoria, ven a iluminar mi inteligencia, ven a fortalecer mi voluntad. Condúceme a la verdad plena, Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura bíblica del primer día:

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos” Salmo 19, 1

Santo Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el año 1225, en una numerosa y noble familia italiana. Sus primeros estudios fueron con los benedictinos en Montecassino, cerca del castillo de sus padres. ¿Quién es la verdad? Era una de las preguntas que el pequeño Tomás se hacía a sus cinco años, también preguntaba a los monjes: ¿Quién es Dios?, descontento con la respuesta, volvía a preguntar: ¿me pueden explicar quién es Dios?, las palabras de los monjes eran inferiores a la idea de Dios que aquél niño tenía en su alma. Fue en ese ambiente de oración y serenidad que transcurrió feliz su infancia, sin imaginar que él sería uno de los mayores teólogos de la Iglesia y la roca fundamental del edificio de la filosofía cristiana, el punto de convergencia en el cual se reunirían todos los tesoros de la teología hasta entonces acumulados y del que partirían las luces de las futuras explicaciones.

Pedir la gracia que se desea alcanzar rezando esta novena.

Padre Nuestro
Ave María
Gloria

ANTÍFONA:
¡Oh Santo Tomás, gloria y honor de la Orden de Predicadores! Transpórtanos a la contemplación de las cosas celestiales, tú que fuiste  maestro soberano de los sagrados misterios.
Ruega por nosotros, Santo Tomás.
Para que nos hagamos dignos de las promesas de Jesucristo.

ORACIÓN FINAL:
Señor, que inspiraste a santo Tomás de Aquino para que usando su inteligencia iluminara las mentes de los creyentes con el fruto de su reflexión teológica, te pedimos que, a ejemplo suyo, crezcamos en el conocimiento del único Dios verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.